06.23 — Open Air Culture
Práctica y acogedora, es el lugar de convivencia por excelencia que, en función de las configuraciones y el diseño elegidos, permite expresar un estilo siempre personal a nuestros invitados. Se trata de la cocina, o mejor dicho, de la cocina de exterior.
El punto central de la casa se reinventa con versiones de diseño, totalmente al aire libre y con todos los complementos, que no tienen nada que envidiar a los modelos de interior más sofisticados. Estas no son las tradicionales barbacoas de jardín: las nuevas cocinas de exterior ofrecen una estética refinada, tecnología avanzada y materiales de alta resistencia que mejoran la funcionalidad de jardines, terrazas y verandas en cualquier época del año.
Realizar una cocina al aire libre implica proyectar algo más que un simple mueble con zona de cocción: es un ambiente integrado que aporta valor al espacio exterior en su conjunto, mediante elecciones de equipamiento y diseño cuidadas, coherentes y especialmente estudiadas para la vida en el exterior.
En la actualidad, las arquitecturas modulares y los modelos monobloque destacan entre las nuevas tendencias en cocinas de exterior que causan sensación gracias a un estilo esencial, que se integra con naturalidad en contextos modernos o de carácter más clásico. Son estructuras versátiles tanto en diseño como en dimensiones, concebidas para adaptarse perfectamente al espacio disponible.
Al igual que en la cocina en el interior del hogar, las superficies grandes y de espacio abierto recuperan las composiciones lineales y en isla, que se desarrollan con estantes situados en la base de las encimeras donde se pueden almacenar utensilios y vajilla. Por el contrario, si la superficie disponible es reducida o se adosa a una o varias paredes, un buen consejo para optimizar el espacio es optar por cocinas al aire libre en módulos combinables, aprovechando al máximo la verticalidad mediante el recurso a muebles suspendidos.
También es fundamental la elección de los acabados, que deben poder combinarse a la perfección con el entorno del espacio exterior. Las cocinas de exterior se diseñan en materiales resistentes a los agentes atmosféricos y a los cambios de temperatura, permitiendo una instalación a cielo abierto. Pero practicidad no implica renunciar a una estética refinada, con tendencias para esta temporada que buscan soluciones materiales e inspiradas en la naturaleza, como la piedra, el mármol, el granito y el corten, combinables además con grandes clásicos como el cemento, la madera y las resinas. Y para prolongar la belleza y el rendimiento de estos materiales, una excelente solución es situar la cocina de exterior debajo de pérgolas o porches que garanticen una mayor protección, comodidad y posibilidad de uso.
Cómo diseñar la cocina ideal Tanto si sueñas con un amplio banco de chef o con un pequeño rincón funcional, los elementos a partir de los cuales debes comenzar son los mismos: encimera, zona de cocción y fregadero.
El equipamiento de cada cocina al aire libre está estrechamente vinculado a las preparaciones culinarias que se pretenden elaborar y al número de comensales que se espera recibir por lo general.
Para un perfecto banquete, no pueden faltar unas zonas de cocción eficientes, con opciones que abarcan desde un único fogón hasta más de seis fogones de diferentes medidas, totalmente personalizables. Por supuesto, hay que prestar atención a los materiales. Al encontrarse en el exterior, los fuegos deben ser especialmente fáciles de limpiar y mantener, presentar una elevada resistencia a la intemperie y a los arañazos. Esta es una tarea perfecta para el acero inoxidable, por ejemplo.
Si lo que se busca es una alternativa con un diseño discreto, las zonas de cocción de inducción ofrecen una superficie de líneas ordenadas y toda la tecnología de sensores LCD digitales para regular sus funciones.
En las cocinas de exterior más modernas y equipadas no pueden faltar los electrodomésticos smart y de bajo consumo, como hornos eléctricos, microondas y placas, por supuesto integrados en el mobiliario para lograr un efecto compacto y esencial.
También es atemporal la cocina de exterior de obra, que evoluciona su clásica estructura de ladrillo hacia soluciones lineales en cemento para responder a los nuevos gustos en decoración al aire libre. Junto con las superficies de cocción clásicas, con frecuencia estos modelos también pueden incluir un horno de leña o una elegante barbacoa con campana.
Precisamente la barbacoa ha sido durante mucho tiempo el símbolo de la cocina de exterior, que evoluciona ahora con soluciones avanzadas y de diseño, consiguiendo su merecido lugar en las salas de estar al aire libre más refinadas. Es cierto que se ha puesto de moda integrar la barbacoa en los módulos centrales de la cocina de exterior. No nos referimos únicamente a los recientes modelos de gas o pellet, equipados con placas, rejillas y tapas de acero, sino también a los tradicionales «pit», es decir, las barbacoas en hoyo alimentadas con carbón, que permiten la cocción indirecta y el ahumado. Entre los modelos favoritos se encuentran los de acero o cerámica, disponibles en diferentes diámetros y colores para adaptarse a cada «punto de parrilla» personalizado.
Para quienes prefieren la técnica de cocción directa a la brasa, la opción número uno está representada por las cocinas de exterior de obra con barbacoa. Con o sin conducción de humos, estas estructuras son fáciles de usar, versátiles y absolutamente resistentes. Además, se presentan en diferentes variaciones para encontrar la más afín al espacio que ocuparán.
Minimalista, resistente, fácil de limpiar y capaz de optimizar el espacio. Estas son las características de la encimera perfecta para la cocina de exterior. En las áreas al aire libre, es precisamente la superficie de la encimera la que sufre con mayor intensidad la agresividad de los agentes atmosféricos. Por esta razón es esencial elegir acabados que no solo se adapten a las opciones de decoración, sino que al mismo tiempo garanticen un excelente rendimiento y durabilidad.
Un material atemporal por su elegancia y practicidad es el acero inoxidable: gracias a su aspecto técnico y contemporáneo, este material se integra en las cocinas de exterior de diseño, garantizando una fácil higienización de la encimera.
Para un efecto igualmente moderno, pero con un toque de sofisticación adicional, encontramos el muy solicitado cemento pulido, que ofrece el atractivo de una estética industrial que se reinterpreta en las encimeras de piedra oscura y pizarra.
El cuarzo y las resinas se distinguen por su clase y originalidad. Sin embargo, es conveniente su uso en ambientes semiabiertos, protegidos por porches, verandas o pérgolas. Estas encimeras son muy luminosas, limpias y esenciales: la combinación perfecta para quienes buscan un diseño estético del espacio externo de una casa de tonos claros o de una vivienda junto al mar.
El granito, la piedra y el ladrillo están a disposición de quienes tienen un gusto más clásico, al igual que la madera, especialmente tratada para exteriores, que vuelve a demostrar su gran versatilidad: cálida y acogedora en cocinas de exterior rústicas, nobles y dinámicas cuando se combina con modelos contemporáneos.
Por último, para quienes buscan soluciones creativas, es posible componer encimeras a medida mediante mosaicos y cerámicas que dan vida a colores y diseños completamente personalizados, aportando un toque de color –incluso en contraste– inevitable en las cocinas modernas.
En cuanto a fregadero y grifería, las nuevas soluciones de diseño aúnan a la perfección funcionalidad y diseño. Este es el caso de las cocinas de exterior dotadas de fregaderos amplios y profundos, especialmente cómodos tanto para la preparación de los alimentos como para el lavado de vajilla de mayores dimensiones. Modelos muy en boga que, si se realizan en el mismo acabado que la encimera, aportan un instantáneo efecto de sofisticación y sin soluciones de continuidad.
Cuando el espacio es escaso, esta solución también se puede recrear en fregaderos de pequeño tamaño. Sin embargo, en ambos casos es fundamentar combinar correctamente la grifería, seleccionando las opciones más coherentes en términos de geometrías, colores y acabados. Los grifos extraíbles aportan belleza y practicidad, al acelerar las fases de lavado y ofrecer el máximo rendimiento estético.
En cuanto a los elementos ocultos, un buen truco es seleccionar lavabos que, en función de las necesidades, quedan ocultos por una superficie deslizante, diseñada para ampliar el espacio disponible y proteger fregadero y grifería cuando no se van a utilizar.
Disponer de un jardín o de una terraza espaciosa es el primer requisito para crear una cocina de exterior de obra con todas las comodidades.
Combinados con la arquitectura de la vivienda, estos modelos requieren algunas precauciones adicionales durante la fase de diseño, dado que se caracterizan por estructuras fijas, más difíciles de implementar o renovar con el paso tiempo, pero con la ventaja de ofrecer la máxima resistencia y de requerir poco mantenimiento.
De este modo, aspectos como la ubicación de la instalación, la estética y las configuraciones deben evaluarse cuidadosamente, prestando atención a crear ambientes al aire libre cohesionados y en perfecto diálogo con la arquitectura de la cocina de exterior de obra.
Un buen consejo para esta fase es aprovechar áreas protegidas por porches o verandas, o proceder a la instalación de pérgolas y toldos a fin de disfrutar de un espacio protegido bajo el cual conectar y facilitar la convivencia entre cocina, comedor y sala de estar.
Una vez definida la superficie de instalación, es el momento de proceder al diseño y la composición: los modelos más completos presentan amplias encimeras y zonas de cocción, junto a electrodomésticos de última generación como horno de gas, así como frigorífico, bodega para vinos y lavavajillas. Todos estos elementos perfectamente empotrados para incrementar la protección frente a los agentes atmosféricos y lograr un estilo ordenado y lineal.
No se debe cometer el error de asociar las estructuras de obra únicamente a las cocinas de exterior rústicas. Si se construye en piedra, ladrillo o en la clásica terracota, no cabe duda de que aportará ese encanto tradicional; pero si se construye en cemento y con configuraciones minimalistas y geométricas, el efecto de la cocina de exterior de obra resultará moderno, refinado e impactante.
Para las estructuras más sencillas o si se tiene la suficiente habilidad, es posible realizar la instalación de forma independiente, construyendo una verdadera cocina de obra DIY. De lo contrario, es conveniente confiar en el diseño de un profesional, o bien decantarse por una cocina de obra prefabricada, ya lista para colocar en la terraza o en el jardín con las opciones y electrodomésticos correspondientes.
Una de las claras tendencias de las últimas temporadas está formada por las cocinas modulares, que, al igual que los muebles del interior, son fáciles de sustituir o de reconfigurar.
Estas cocinas modernas y a la medida se inspiran en los modelos interiores de isla más avanzados y se pueden adosar a una pared o bien ocupar de forma independiente el centro de cualquier terraza, conteniendo en unos pocos metros cuadrados todo lo necesario para garantizar la máxima funcionalidad.
En cuanto a las cocinas de exterior de diseño, no existe más límite que la creatividad: las estructuras evolucionadas ofrecen líneas limpias y composiciones esenciales, principalmente en metal y acero. También aquí las encimeras acogen las zonas de cocción y el fregadero, mientras que en la base de las cocinas de exterior modernas se disponen armarios y compartimentos para almacenar la vajilla junto con grandes y pequeños electrodomésticos.
¿Las medidas? No suponen un problema ni siquiera cuando el espacio disponible es limitado, porque estas innovadoras cocinas se pueden realizar de forma personalizada, incluso combinando diferentes módulos independientes para crear la propia configuración ideal. Además, se pueden incorporar soluciones de ahorro de espacio, como encimeras deslizantes que revelan las zonas de cocción y el fregadero cuando se necesita, trasformando la encimera en un práctico banco para cenar o disfrutar de un cóctel.
En las nuevas cocinas de exterior de diseño la palabra clave es «retráctil«: todos los elementos quedan ocultos en un único bloque minimalista, convirtiéndose en una auténtica escultura para el exterior. Los tiradores también desaparecen, a favor de cajones y gabinetes con apertura a presión, las zonas de cocción se nivelan mediante el uso de placas de inducción, mientras que los colores se centran en tonos atemporales: blanco y gris antracita son los más solicitados.
¿Y si la cocina estuviera totalmente rodeada de vegetación? No solo es posible, sino que actualmente es tendencia, gracias a los múltiples modelos con estructura autoportante capaz de soportar las condiciones climáticas más desafiantes. Las nuevas cocinas de jardín de obra también se pueden colocar en espacios evocadores y totalmente al aire libre, con total libertad (o casi).
Si bien es cierto que la instalación se puede realizar en casi cualquier lugar, es necesario que el entorno dedicado a la cocina de jardín disponga de las conexiones indispensables de agua corriente, gas y electricidad. Además, cuando se cocina al aire libre, es conveniente disponer de una superficie plana, lo suficientemente alejada de la vegetación, preferentemente equipada con alguna protección contra el sol y la lluvia.
Incorporar la cocina de jardín en espacios semiabiertos frecuentemente resulta la solución más práctica. Si no se dispone de verandas o porches, las pérgolas bioclimáticas ofrecen una solución avanzada y de diseño.
Los modelos Pratic están diseñados totalmente a la medida, desde las dimensiones hasta la elección de la cubierta modular, y se pueden instalar en cualquier tipo de terreno, gracias a la plataforma de compensación que resuelve pendientes y desniveles, creando una superficie de instalación perfectamente plana para la cocina de jardín. Los elementos opcionales como iluminación, tomas eléctricas, toldos verticales y cristaleras perimetrales permiten el uso del espacio durante todo el año y después de la puesta del sol. Por otra parte, para un efecto verdaderamente inmersivo, es posible elegir colores inspirados en los tonos de la naturaleza y cristaleras de espejo que reflejan el paisaje y, una vez cerradas, permiten que la cocina de jardín «desaparezca» en el paisaje.
La practicidad de una cocina al aire libre es innegable, incluso si tiene pequeñas dimensiones y equipos básicos, dado que preparar las recetas favoritas en el exterior permite preservar la casa de humos y olores persistentes: una verdadera comodidad en cualquier momento del año.
Por esta razón, una pequeña cocina en veranda es una solución sencilla, pero que aporta grandes ventajas. El espacio es idóneo: abierto en verano y protegido por cristaleras correderas durante el invierno, se puede ventilar fácilmente una vez terminadas las preparaciones, además de no estar sometidos a los caprichos de la climatología.
Las cocinas en veranda no requieren necesariamente configuraciones complejas: la zona de cocción, la encimera y el fregadero son suficientes para satisfacer las necesidades de casi cualquier receta; mientras que, en el caso de disponer de superficies más grandes, también es posible instalar un horno y cualquier electrodoméstico adicional.
Lo que marca la diferencia es el diseño del entorno de la cocina, realizada con soluciones elegantes e inteligentes.
Las pérgolas adosadas a la pared y equipadas con cristaleras perimetrales que se pueden abrir y cerrar en función de las necesidades representan una nueva idea de veranda con una estructura moderna y fácil de instalar. Las de Pratic combinan con elegancia en edificios de cualquier estilo, gracias a una estética esencial y a colores totalmente personalizables. No solo eso, la cubierta con lamas de protección solar ajustables permite una ventilación superior de la cocina en veranda, evitando el sobrecalentamiento del espacio y la permanencia de los humos dentro de la pérgola.
Vivir en un piso o apartamento no significa renunciar a una cena preparada al aire libre. En realidad, puede significar disfrutar de la ubicación perfecta para hacerlo con vistas al horizonte urbano.
Las reglas no cambian: cuanto más amplia sea la superficie, más variadas serán las cocinas de terraza entre las que se podrá elegir. Desde modelos minimalistas y discretos hasta estructuras modulares y totalmente equipadas, en las grandes azoteas la cocina casi siempre está acompañada por un comedor y una sala de estar a la sombra de una pérgola, donde pasar el tiempo con la familia o recibir invitados durante el verano. Si las circunstancias lo permiten, también es posible disfrutar de una cocina de obra en la terraza, naturalmente respetando la estética de la vivienda y, más en general, del propio edificio.
Pero el balcón no se queda atrás y es capaz de desplegar todas sus potencialidades, incluso con la sencilla instalación de pequeños módulos combinados con un sencillo pero bien seleccionado conjunto de mesa y sillas.
Aquí es donde el control de la climatología realmente puede marcar la diferencia en términos de usabilidad y comodidad de la cocina de terraza. Al disponer de ambientes ya protegidos en el plano superior, los toldos verticales permiten modular la sombra y la privacidad de acuerdo con las preferencias personales. Si, por el contrario, el balcón está a cielo abierto, los toldos de brazos extensibles permiten crear amplias superficies de sombra y proteger el espacio inferior de lluvias ligeras. La gama de toldos Pratic está diseñada para adaptarse a cualquier contexto, tanto por necesidades de instalación como por estética, y se distingue por el refinado cajón de aluminio que oculta el toldo una vez cerrado y se convierte en un elemento de iluminación mediante bandas LED integradas. Una solución inteligente para disfrutar de la cocina de terraza también de noche.